miércoles, 17 de agosto de 2016

Las imprentas perdurarán con sus libros, sin dejar atrás a los textos electronicos

 En los últimos años, podemos apreciar un determinante avance tecnológico, que trae una nueva opción de lectura y  almacenamiento. Algunos lectores, comenzaron a modificar su antiguo habito por está novedad. Ya sea porque algunas personas no disponen de espacio para tener suficientes bibliotecas,  o por el padecimiento de una enfermedad visual, que demanda un gran tamaño de letra, los libros electrónicos son una buena opción. Si bien hay  una gran diversidad de personas que piensan así, también están los lectores que prefieren los libros papel, ya que estimulan la concentración, y no es necesario entender de tecnología para leerlos. 
Además, los libros impresos necesitan un asesoramiento artístico-visual más profundo para sus tapas y contratapas,  dado que su aspecto estético exterior determina el grado de atracción que ejerce sobre el público detallista. Es decir, requieren de más productores (incluye a más trabajadores en su edición). Sin embargo, hoy en día el precio de estos ejemplares resulta caro, y no todos podemos darnos ese lujo. Se llevaron a cabo varias encuestas relacionadas con el precio de los libros electrónicos, que demuestran que en  el 84% de los casos las descargas son gratuitas, y solo el 16%, trata de libros pagados. 
En términos comparativos, los libros y novelas informáticos son más accesibles:  por veinte libros informáticos, dos en papel. En otras palabras, resultan más prácticos.  Pero, el valor sentimental que contiene un libro de papel, nunca lo podrá tener un libro electrónico. Si un ser querido te hereda sus libros, lo recordarás por medio de ellos. 
En conclusión, los dos tipos de libros convivirán en el tiempo. Mientras se pueda obtener conocimiento cómodamente, no interesan las formas, sino cual sea la más adecuada para cada uno, y la que más aporte al crecimiento intelectual.  

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